julie & julia

yo debo debo vida debo luz debo asimismo tanta sombra debo cielos infinitos debo calor debo palmas abiertas debo corazón incondicional debo cosquillas debo canciones debo letras sin melodía debo un alma sin preguntas debo haber caminado sin estar segura y aun así sin miedo debo color ininventado debo voces que curan debo abrazos debo lágrimas de despedida debo mirada insondable debo mar eterno amante debo compañía debo aceptación sin medida debo admiración debo muerte debo un hijo. yo debo vida yo he he vida y he luz he palabras sucias y tan limpias como las mías he honestidad he también mentira he pasión que no se mide, no se cobra, no se escatima he esfuerzo he silencio he palabra contenida he palabra sabia he manos que curan he leche primera he compañía he apoyo  he canción nunca acabada he agua para la sed he para el corazón comida he alma compañera, alma hermana, alma amiga he sombras inexp...

hay una palabra que te nombra además de tu nombre y no acierto a encontrarla se me escapa con sonrisa pícara mirando hacia atrás y la persigo entre árboles y lunas entre olas y soles de enero mirame palabra decime tu sonido dejame escucharte y pronunciar tu existencia pero no me deja y en el fondo es mejor así seguir buscándola es mi alegría

y mirás y mirás y mirás el espejo mirás tu cara  tus manos tu piel buscás algo detrás de la imagen del tiempo del pasado  de mañana, tal vez pero no, es hoy ahora y no lo ves porque ves solo el espejo y lo que querés ver un día te miraste y alguien que no conocés te devolvió la mirada le preguntaste durante un rato quién sos, y yo dónde estoy y no te dijo nada porque eras vos a través de tu otra mirada después siempre volvés a vos y tu espejo-tiempo te dice quién sos y que ahí está lo que no dejaste ir ni dejarás

yo escribo porque puedo porque puedo preguntar porque puedo decir porque a veces puedo contestar pero no importa si es pregunta si es respuesta si es aseveración o si es delirio escribo mi piel en tus manos escribo tu voz en mis oídos escribo mi cuerpo en todo su esplendor dentro de tus brazos escribo tus ojos cayendo en los míos tu boca provocando sin siquiera darse cuenta escribo mi sueño de verme tan cerca de vos escribo mi sueño de verte tan dentro de mí y me escribo un camino sin forma ni costados con árboles a los dos lados con sol y con sombra con infinita distancia hasta el fin que nunca se adivina escribo el camino dibujado tantas veces en mi cuaderno escribo los pasos los saltos los pequeños vuelos que recorren su trazado y escribo que imagino que ahí estoy con vos a mi lado

y dar un paso y mirar alrededor y encontrar siempre a mano un lugar donde sentarnos a compartir un mate unas palabras el puente de nuestras miradas mil sueños el silencio y a nosotros dos

A veces el silencio es amigo Como todos los amigos, a veces  requiere silencio, a veces palabras A veces el silencio es la montaña que te toca escalar alta, dura y sin compasión A veces el silencio es una cama donde dormir las penas  hasta la salida del sol A veces el silencio se hace camino donde solo hay maleza y no podés transitar A veces es piedra dura tapando la entrada de la cueva  más sombría donde quisieras descansar A veces es espera espera y más espera A veces es la pluma que escribe sin descanso donde los sonidos se van A veces el silencio anda suelto esquivo y otras se deja atrapar A veces es un enemigo emperrado, endurecido e imposible de aceptar A veces el silencio es la mirada con la que decimos lo que con los ojos no alcanza Y a veces la mirada es la mejor amiga del silencio

En el patio de la casa de mi infancia, durante mi infancia, frente a frente en una silla o en las baldosas tibias después del sol. Sentados lado a lado en la banqueta del piano, buscando excusas. Bajo los árboles del huerto en el campo de mis tíos, o bajo el molino de viento afuera de la cocina, o bajo el gigantesco nogal que era sólo mío. Al borde de la pileta en la casita de verano, los pies de ambos colgando en el agua fría, tocándonos los dedos con timidez. En dos pupitres contiguos, mirándonos de reojo, escapando de la mirada de la maestra. Sobre las vías abandonadas de un tren, mirando el humo de las chimeneas jugar con el ocaso. Jugando entre las olas,  donde parece que no hay nadie más, aunque haya gente. En un médano muy alto,  con arena entre las manos y el mundo a nuestros pies. En el asiento de atrás de un auto, yéndonos de viaje con los padres de alguno. En un puente sobre un río, de paso, en una ciudad extraña a los dos....