La mano abierta
Tiempo de soltar de la mano al dolor.
Tiempo de desarmar más estructuras.
Tiempo de desatar más nudos.
Tiempo de dejar ir pizcas de pasado que ahí van a quedar.
Tiempo de entender los tiempos...
Tiempo de entregar aun más, a riesgo tal vez de que no sea tomado.
Pero a riesgo también de sentirse más liviano y en paz.
Sabiendo que lo que se entrega en definitiva, no es de uno.
Ni siquiera del destinatario. Tal vez sólo del universo.
Y así seguir enriqueciendo el corazón.
Paso y leo ... hoy aparte dejo saludos... Sergio
ResponderBorrar¡Muchas gracias! Qué lindo es cuando dejan un comentario...
ResponderBorraryo paso varias veces a ver que hay por estos lares, pero no escribo casi nunca... voy a dejarte algun mensajito más seguido para dejar constancia de mi visita!!!! jaja
ResponderBorrarAbrazos. Sergio
Desde ya que siempre es gratificante pasar por acá...
¡Sí! Deje mensaje... y se agradece lo comentado, eh?
Borrar