En el patio de la casa de mi infancia, durante mi infancia, frente a frente en una silla o en las baldosas tibias después del sol. Sentados lado a lado en la banqueta del piano, buscando excusas. Bajo los árboles del huerto en el campo de mis tíos, o bajo el molino de viento afuera de la cocina, o bajo el gigantesco nogal que era sólo mío. Al borde de la pileta en la casita de verano, los pies de ambos colgando en el agua fría, tocándonos los dedos con timidez. En dos pupitres contiguos, mirándonos de reojo, escapando de la mirada de la maestra. Sobre las vías abandonadas de un tren, mirando el humo de las chimeneas jugar con el ocaso. Jugando entre las olas, donde parece que no hay nadie más, aunque haya gente. En un médano muy alto, con arena entre las manos y el mundo a nuestros pies. En el asiento de atrás de un auto, yéndonos de viaje con los padres de alguno. En un puente sobre un río, de paso, en una ciudad extraña a los dos....