cenizas
Los rescoldos de nuestro pasado queman aún ardientes y luego son solo carbones Pero debió existir el fuego inexorable y primero que nada la madera El fuego que la quema es primero ardor elucubrando una magia toda fascinación volviéndola materia renegrida y corazón de aire Y ahí es cuando encendemos el carbón ya utilizado por otros fuegos anteriores, pretéritos con el del hoy Consume en volátiles chispas fulgurantes brasas y sonidos ancestrales la madera que conservaba apenas su esencia Y allí en ese momento una nueva magia se desenvuelve frente a nuestra sabia mirada: llegan la madera el carbón y el último fuego a volverse cenizas