cenizas

Los rescoldos de nuestro pasado queman
aún ardientes
y luego son solo carbones

Pero debió existir el fuego
inexorable
y primero que nada
la madera

El fuego que la quema
es primero ardor
elucubrando una magia
toda fascinación
volviéndola materia renegrida
y corazón de aire

Y ahí
es cuando encendemos
el carbón ya utilizado 
por otros fuegos
anteriores, pretéritos
con el del hoy

Consume en volátiles chispas
fulgurantes brasas
y sonidos ancestrales
la madera que conservaba
apenas su esencia

Y allí
en ese momento
una nueva magia se desenvuelve
frente a nuestra sabia mirada:
llegan la madera
el carbón
y el último fuego
a volverse cenizas


Comentarios

  1. Aporto mi sal parrillera.

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  2. Gracias Julie, por el fuego compartido...

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    Respuestas
    1. De nada, y ¡gracias por leer, y comentar!
      Leí tu texto y ya estaba inspirándome para escribir algo que... ya había escrito. Y de pronto lo recordé.

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