En la sangre
Tantas cosas han pasado. Tanto ha cambiado que finalmente nada ha cambiado. La tierra es la misma caldera donde se sufre; donde sufre el agua hirviente, donde sufren los fogoneros con sus brazos y pechos ardiendo, donde sufren las madres y los hijos. Los amigos permanecen en el camino. Algunos han cambiado un poco sus vidas en un año de ruta; nuevos trabajos, nuevas parejas, la misma incertidumbre. Otros no se han modificado por fuera; se quedaron en sus ostras puliendo la perla por dentro sin que nadie lo sepa. O tal vez dormidos. Pero ahí están los amigos. La tierra sufre pero la tierra crea. Curiosamente, luego de tantos milenios aún es un lugar para la creación. Después de un año el hombrecito ha vuelto por poco tiempo a una de sus patrias. Ha venido a trabajar y a darle molde a algo parecido a su vida, que va tomando forma. Ha vuelto a su ciudad luego de unos meses en el sur del país; en el desierto do...