abeja
Vino una abeja y me miró sonreírle.
Me preguntó: ¿Qué pasa que andás despacio, como si el mundo no te apurara?
Solo pude contestarle con una vieja canción:
"Y es que no paro de pensar en sus besos
Y es que no puedo no sentir
Y es que camino como dormida, como en sueños
Y es que queda tanto por vivir..."
Esta vez sonrió la abeja:
Te conocía.
sé que es hinchapelotas encasillar, pero es un muy lindo poemacuento
ResponderBorrary las fotos... poemafotos
Parece más una descripción creativa que un encasillamiento, del cual igualmente no me haría cargo de su parte de encierro.Así que siga nomás renombrando mis escritos con vocablos desconocidos para mí.
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