M e acompañó largamente la imagen de sus pasos inseguros en las habitaciones de esa casa que yo nunca conocí. Siguiendo los pasos seguros de otro hombre, su padre y sus silencios, historias de hospital a la hora de la cena, callando él, al bullicio de sus hermanos. E n el patio era rey, el naranja de las mandarinas robadas a la vecina, al sol, desde el paredón, en silencio risueño, silencio pero audaz. E n la casa silenciosa, escuchaba la música en compases, comprimida entre tareas, -a través de las cortinas los hermanos afuera, gritando ¡guerra!- ; “¿qué instrumento es el que suena?” “¿quién canta ahora?” “¡decime si es adagio!”, él siempre interrogado por el hombre, por su padre, y sus silencios. Él siempre respondiendo. P ero en su cuarto pequeño, al cepillarse, al cumplir y terminar, ahí abría sus alas, la imagen de su propia música sonando en el espejo, bailando para nadie, soñar y saltar, más allá. D ónde habrá ido el niño, todo vien...
En medio de la madrugada moribunda llega la espada caliente y dulce de tu risa El instinto me lleva a removerla quitar el arma que causa la punzada Entonces el sol entre las cortinas me dice que desista que sólo es congoja lo que duele y la pena de no ver más tu cara Pero tu risa no es el arma que lastima mis entrañas Tu risa es el sol ardiendo en el fuego de un girasol dentro de mi alma Es el canto del agua en la orilla y es la arena entibiando mi espalda Es el cielo entre mis pies brillando cuando me río acostada Es los dientes que fiera le muestro cada tanto a la vida desatada Es el faro que me llama a seguir en el camino aunque no vea nada Es la alegría del abandono a la creación pura sin nada que la distraiga Es la confianza en mi espíritu apasionado de la pasión hasta que los cielos caigan Es el reflejo de la luz de mis propios ojos en quien quiera acompañarla Tu risa es la espad...
El final de febrero huele a grillos Y yo encuentro en mi recuerdo una esmeralda Tu pelo rubio, tus anteojos y tus manos Bailando con mi espalda en la mañana Se me escapa la metáfora, insensible Aunque yo la persigo desesperada Esperando que te encuentre en el camino Y te acerque mi recuerdo en sus palabras Vuelo yo adentro mío Hasta tu encuentro Me zambullo en sensaciones y guirnaldas Nos rodean en el patio Sombra y luces Tan pequeños, tan tímidos, tan valientes Combinando nuestros cuerpos y sus almas Fuimos carozo de plantas futuras Fuimos fruto de siembras pasadas Todo queda en este cuerpo Marcado a fuego, abriendo surco Para que hoy coseche tu temprano regalo De agua calma Mar Azul, 23-02-2022
siempre quedan cosas para hablar y siempre quedan ganas de que queden
ResponderBorrarMejor así:
ResponderBorrarSiempre quedan cosas para decir. Y siempre quedan ganas de que queden.