hora
es la hora de las brujas
las que danzan sobre mí
desaparezco tras mi creación
estado impecable
para ser
a esta hora
cuando todo es solo
cuando el aullido suena mudo
y la risa es un girasol al caer la luz
derraman mis palabras
-las que no son mías-
su esencia
fuera de mí
contando semillas
trivialidades
escalones
gotas frías
y fuego azul
desarmo mi cuerpo
para guardarlo
en aquel rincón
triangular
y mi pelo vuelve amorfas
mis ideas
es la hora de las brujas
las que danzan sobre mí
años luz de recorrido
milenios de repetición
un hombre dormido
una mujer esperando sin esperar
que llegue lo que nunca se fue
que aparezca de repente
tan callada
resonante
terminal y creadora
el alma
con su verdad
Aplauso, me encantó...
ResponderBorrarOh... se agradece
BorrarHoras de brujas para cantar a la vida, derrotar el tedio y el miedo. Que el fuego sagrado de tus palabras sigan creciendo, y me sigan deleitando . Simple y hermoso este poema que se alza como hoguera para alumbrar las rutas de la brujas. Gracias. Gabriela
ResponderBorrarTantas gracias... yo humildemente hago lo que necesito y nace, ¡que sea!
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